Modelo Conductual y Modelo Cognitivo- Conductual
Índice
Introducción teórica
Introducción teórica.
En el
presente se plasman, los modelos conductual y cognitivo-conductual, motivo por
el cual se desglosa desde los Principios del Condicionamiento Operante, hasta
las diversas técnicas alusivas a la modificación de la conducta, de conformidad
con Kazdin, A. (1978), señala que: Para desarrollar los programas de
modificación de la conducta es importante entender los tipos de eventos
antecedentes y consecuentes que influyen en la misma (p. 1). En otras palabras,
este enfoque se centra en cómo las consecuencias de una conducta influyen en la
probabilidad de que dicha conducta se repita en el futuro. A partir de estos
principios, han surgido diversas estrategias que se aplican en contextos
clínicos, educativos y de rehabilitación con el objetivo de modificar comportamientos
desadaptativos y promover conductas más adaptativas.
Entre las técnicas derivadas del condicionamiento operante, encontramos el reforzamiento, el castigo, la extinción, y procedimientos más complejos como la desensibilización sistemática, la inundación, y la terapia implosiva, que se utilizan para tratar fobias y otras respuestas emocionales intensas mediante la exposición controlada a los estímulos temidos. La terapia aversiva y el condicionamiento encubierto, aunque más controvertidos, también se basan en los principios operantes para asociar conductas indeseadas con consecuencias negativas.
Otras técnicas como el modelado, el biofeedback, y el juego de roles aprovechan la observación, la retroalimentación fisiológica, y la simulación de situaciones para enseñar y reforzar conductas adecuadas, por último, la reestructuración cognitiva, la terapia racional emotiva, el entrenamiento en relajación, y la solución de problemas, aunque enfocadas en procesos cognitivos y emocionales, encuentran sus raíces en el condicionamiento operante al modificar la relación entre estímulos, pensamientos y respuestas conductuales.
Por lo
que toca al modelo cognitivo-conductual este surge a partir de la revolución
cognitiva de los años 60 y como continuación de las variables cognitivas
propuestas por Bandura. De esto se desarrollan la Terapia Racional Emotiva, la
Terapia Cognitiva, la Terapia de Solución de Problemas, la Reestructuración
Cognitiva, entre otras, de esta forma se favorecen los comportamientos
adecuados, trabajando en toma de decisiones, entrenamiento de asertividad y
resolución de problemas, identificando que estos a menudo son aunque actuales
derivados de antecedentes de respuestas desadaptativas, buscando generar
alternativas adaptativas y enseñando habilidades generales que ayuden al sujeto
a manejar de manera independiente y eficaz futuros problemas.
A
pesar de que no se duda de su eficacia de la TCC para una gran cantidad de
trastornos y de que esta varía en función de la problemática presentada por el
paciente, se desconoce la causa de su eficacia, ya que parece ser que influyen
más los componentes conductuales de la terapia y no los componentes cognitivos
los que generan este éxito, llevándolo más a acercarse a un modelo médico que
está más centrado en diagnóstico y eliminación de síntomas, más no por esto se
demerita que el modelo cognitivo-conductual es una tecnología psicológica que
cuenta con una gran evidencia empírica, como queda constatado en las más
importantes guías de tratamiento psicológico eficaces. A continuación se
describen y abordan ambos modelos, el Conductual y el Cognitivo-Conductual.
1.- Modelo Conductual.
Información
tomada de Rodriguez-Riesco, et al, (2022).
El
modelo conductual (TC) es una tecnología derivada de la filosofía conductista y
del análisis de la conducta experimental, partiendo así de que toda conducta,
ya sea adaptativa o no, es aprendida y puede ser modificada a través de los
principios del aprendizaje.
El
modelo conductual sustituye al psicoanálisis y a la terapia psicoanalítica,
posicionándose como filosofía y tecnología imperante en el campo de la
psicoterapia. Sin embargo, derivado del surgimiento de la psicología cognitiva
surgen otros modelos, aunque se mantiene claro que el modelo conductual tiene
como objetivo principal la modificación de la conducta y la observación de esta
en contexto para comprender cómo influye en su comportamiento, es decir, se
estudia la conducta y las variables que la suscita, por lo que la terapia
conductual sería la aplicación de las técnicas de modificación de conducta a
comportamientos disfuncionales en el contexto clínico por profesionales de la
salud, de profesores en el ámbito escolar y de cualquier persona en el ámbito
familiar, es decir, al haber en todo ser humano comportamiento y con este
necesidad de modificarlo, implica de manera indistinta e indiferenciada el uso
del conductismo en cualquier campo humano, sea éste clínico, familiar o
educativo.
Este modelo parte de dos grandes tipos de conductismo, el metodológico que sostiene que los hechos mentales son inobservables y por lo tanto centran sus estudios en toda conducta observable, y el conductismo radical, el cual aunque analiza la conducta, reconoce los aspectos internos del sujeto y su entorno, más no los considera como causa de su comportamiento. Este se denomina radical por el hecho de abarcar todos los aspectos de la conducta humana, externos e internos, sin dejar nada de lado por ser inobservable.
En
ambos tipos de conductismo hay lugar para el condicionamiento clásico y para el
condicionamiento operante, y dichas contribuciones siguen latentes a la hora de
tratar con diversas problemáticas entre las que se encuentran las adicciones a
las nuevas tecnologías, la economía conductual, fobias específicas, trastornos
de ansiedad social, problemas de pareja, disfunciones sexuales, alcoholismo
TEPT, TOC, adicción a cocaína, entre otras.
El
modelo conductual se consolida como un modelo contextual e ideográfico, que
utiliza diversas técnicas entre las que destacan: reforzamiento, castigo,
economía de fichas, contratos conductuales, técnicas de exposición,
aproximación de refuerzo comunitario, terapia conductual de familia y de
pareja, exposición in vivo para fobias específicas y exposición en prevención
de respuesta en el TOC, entre otros.
1.2.- Noción del sujeto.
Se centra en la conducta observable y medible, dejando de lado los estados mentales subyacentes o procesos internos que caracterizan otros enfoques psicológicos. En lugar de conceptualizar al sujeto en términos de estructura psíquica, como sucede en el psicoanálisis, el modelo conductual lo define a través de sus comportamientos manifiestos, los cuales pueden ser modificados mediante principios de aprendizaje.
Imagen tomada de UNIR 30/09/2024
El
sujeto no es visto como portador de conflictos internos complejos, sino como
alguien cuyas conductas son el resultado de estímulos y respuestas observables.
Las conductas, tanto adaptativas como desadaptativas, se consideran aprendidas
y pueden modificarse mediante la aplicación de técnicas conductuales. La
modificación de conducta busca cambiar el comportamiento del sujeto sin
necesariamente abordar causas profundas o internas (Kazdin, A. 1983).
En el
modelo conductual, el estatus de lo social tiene una perspectiva funcionalista,
centrada en la influencia de los factores ambientales sobre la conducta del
individuo. Este enfoque subraya que las conductas sociales pueden ser moldeadas
y modificadas mediante la manipulación de contingencias externas, como el
refuerzo o el castigo. No se trata de analizar lo social en términos de
estructuras o dinámicas profundas, sino de observar cómo los individuos
aprenden y mantienen conductas adaptativas o desadaptativas dentro de un
contexto social observable.
La
conducta es vista como una respuesta directa a estímulos del entorno, incluidas
las interacciones sociales, y cualquier desviación o desajuste social puede ser
corregido ajustando las contingencias ambientales. De este modo, lo social no
tiene un estatus independiente o autónomo, sino que es considerado en función
de cómo influye directamente en la conducta manifiesta del individuo.
1.4.- Principales representantes.
1.- John B. Watson (1878-1958) Considerado el fundador del conductismo. Su artículo Psychology as the Behaviorist Views It (1913) marcó el inicio de esta corriente, enfatizando que la psicología debe centrarse en el estudio de la conducta observable y no en los procesos mentales internos.
John B. Watson
2.- B. F. Skinner (1904-1990) Conocido por su desarrollo del condicionamiento operante, un tipo de aprendizaje en el que las consecuencias de una conducta determinan la probabilidad de que esta se repita. Su obra Science and Human Behavior (1953) es fundamental para entender el conductismo radical y su enfoque en el reforzamiento positivo y negativo.
B. F Skinner
3.- Ivan Pavlov (1849-1936) Fisiólogo ruso que descubrió el condicionamiento clásico, una forma de aprendizaje en la que un estímulo neutro se asocia con un estímulo incondicionado para provocar una respuesta condicionada. Su experimento con los perros es un ejemplo clásico.
Ivan Pavlolv
4.- Edward Thorndike (1874-1949) Formuló la Ley del Efecto, que establece que las respuestas seguidas de consecuencias satisfactorias son más probables de repetirse. Es uno de los precursores del condicionamiento operante de Skinner.
Edward Thorndike
5.-Albert Bandura (1925-2021) Aunque se distanció del conductismo clásico, Bandura es importante por su teoría del aprendizaje social, que sostiene que las personas pueden aprender conductas observando a otros, sin necesidad de refuerzos directos. Su obra más destacada es Social Learning Theory (1977).
Albert Bandura
(Citado en Kazdin, A. 1983)
1.5.- Técnicas
Principios del condicionamiento operante.
Describen la relación entre los eventos conductuales y ambientales (antecedentes y consecuentes), que influyen en la conducta (Kazdin, A. 1978, Cap 2, p.1).
Reforzamiento.
El
principio de reforzamiento se refiere a un aumento en la frecuencia de una
respuesta, cuando ciertas consecuencias la siguen inmediatamente. La
consecuencia que sucede a la conducta tiene que ser contingente a esta. Un evento
contingente que aumenta la frecuencia de la conducta se considera como reforzador.
Reforzamiento Positivo: Se llama reforzamiento positivo al aumento en la frecuencia de una respuesta que es seguida por un evento favorable (reforzador positivo).
Reforzamiento
Negativo: Se llama reforzamiento negativo al incremento en la
frecuencia de una respuesta por medio de la eliminación de un evento aversivo
inmediatamente después de que se ejecuta la respuesta.
(Kazdin, A. 1978, Cap 2, pp. 2-6).
Castigo.
El
castigo es la presentación de un evento aversivo, o la eliminación de un evento
positivo subsiguiente a una respuesta, que disminuye la frecuencia de esa
respuesta.
Se
utiliza para disminuir la probabilidad de que una conducta no deseada se
repita. Se basa en la idea de que la presentación de un estímulo aversivo
(castigo positivo) o la eliminación de un estímulo agradable (castigo negativo)
disminuirán la frecuencia de una conducta específica.
(Kazdin,
A. 1978, Cap 2, pp. 6-7).
Extinción.
Las
conductas que se refuerzan, aumentan en frecuencia; pero cuando se dejan de
reforzar disminuyen en frecuencia. Durante la extinción se deja de reforzar una
respuesta que previamente fue reforzada. Se llama extinción al cese de
reforzamiento de una respuesta.
Proceso
mediante el cual una conducta previamente reforzada disminuye y eventualmente
cesa cuando se retira el refuerzo que la mantenía. Si un comportamiento ya no
recibe las consecuencias positivas que lo reforzaban, su frecuencia disminuirá
con el tiempo.
(Kazdin,
A. 1978, Cap 2, pp. 7-8).
Moldeamiento y encadenamiento
En el moldeamiento, la conducta terminal se logra mediante el reforzamiento de pasos pequeños hacia la respuesta final, más que mediante el reforzamiento de la respuesta final. Por medio del reforzamiento de las aproximaciones sucesivas a la respuesta terminal, se logra gradualmente la respuesta final. Las respuestas que son cada vez más semejantes al objetivo final se refuerzan Para que se incrementen, mientras que aquellas respuestas que son desiguales al objetivo final no se refuerzan y se extinguen.
Moldeamiento: Técnica de modificación de conducta que implica reforzar aproximaciones sucesivas a la conducta deseada. En lugar de esperar a que la persona realice la conducta final de forma completa, el terapeuta refuerza cada pequeña acción que se acerque a la conducta objetivo.
Encadenamiento:
Proceso
de modificación de conducta que consiste en enseñar una serie de respuestas que
se deben realizar en un orden específico. Cada respuesta es reforzada y se
convierte en un eslabón de la cadena que lleva a la conducta final.
La
Instigación se refiere a la introducción de un estímulo que
aumenta la probabilidad de que una conducta específica ocurra. Esencialmente,
la instigación proporciona una señal que indica al individuo que es el momento
adecuado para realizar una acción determinada.
Desvanecimiento es un
proceso gradual donde la frecuencia de una conducta o la intensidad del
estímulo se reduce lentamente hasta que el comportamiento deseado se mantiene
sin la presencia del estímulo original.
(Kazdin,
A. 1978, Cap 2, pp. 10-11).
Discriminación:
Proceso
mediante el cual un organismo aprende a responder de manera diferente a
estímulos que son similares pero no idénticos. Es decir, se trata de distinguir
entre estímulos que son relevantes y aquellos que no lo son.
Control
de estímulo: Se refiere al fenómeno en el que la presencia
de un estímulo específico controla la aparición de una conducta.
(Kazdin,
A. 1978, Cap 2, pp. 11-13).
Generalización
El
efecto del reforzamiento sobre, la conducta puede generalizarse a través de las
condiciones de estímulos más allá de las que se llevaron a cabo en el
entrenamiento o a través de las respuestas que se incluyeron en la
contingencia.
En el
condicionamiento operante se refiere a la tendencia de un organismo a emitir
una respuesta a estímulos que son similares al estímulo original que ha sido
condicionado.
(Kazdin, A. 1978, Cap 2, pp. 15).
Otras
técnicas:
Desensibilización
Sistémica: (Imaginativa y en vivo). Técnica de
intervención psicológica utilizada principalmente para tratar fobias y otros
trastornos de ansiedad. Basada en los principios del condicionamiento clásico,
esta técnica busca reducir la respuesta ansiosa ante un estímulo temido
mediante una exposición gradual y controlada al mismo, mientras el paciente se
encuentra en un estado de relajación.
Hay
dos formas principales de llevar a cabo la desensibilización sistemática:
Imaginativa:
El
paciente se expone al estímulo temido en su imaginación, es decir, visualiza
mentalmente las situaciones que provocan ansiedad mientras practica técnicas de
relajación.
En
vivo: El paciente se enfrenta directamente a las situaciones
temidas en la vida real, de manera gradual y bajo condiciones controladas.
(Tomado
de Kazdin, A. 1978, p. 11, 12, 229, 230, 281, 296).
La inundación y la terapia implosiva.
Inundación: Técnica terapéutica utilizada en el tratamiento de fobias y otros trastornos de ansiedad. A diferencia de la desensibilización sistemática, donde la exposición al estímulo temido se realiza de manera gradual, la inundación implica una exposición intensa y prolongada al estímulo o situación temida sin emplear técnicas previas de relajación.
El
principio detrás de esta técnica es que, al enfrentarse de manera directa y
sostenida con el objeto de su miedo, la respuesta de ansiedad del paciente
eventualmente disminuirá debido al proceso de extinción. Es decir, la persona
aprenderá que sus temores no se materializan y que puede enfrentarse a la
situación temida sin que ocurra un daño real, lo que provoca una reducción de
la ansiedad.
(Kazdin, A. 1978, pp. 229, 230, 296, 297)
Terapia Implosiva: Técnica de exposición utilizada para tratar fobias, trastornos de ansiedad, y otros problemas emocionales. Similar a la inundación, esta terapia se basa en la exposición intensa y prolongada a los estímulos temidos, pero lo hace de manera más dramática y emotiva, enfocándose en aspectos imaginativos y simbólicos relacionados con los miedos del paciente.
La terapia implosiva combina elementos de exposición con un enfoque psicodinámico, donde se exploran los significados subyacentes y los conflictos internos que están asociados con los temores del paciente. La idea es que, al enfrentarse con los aspectos más aterradores y profundos de su miedo, en un contexto controlado y seguro, el paciente podrá desensibilizarse y reducir la ansiedad que estos estímulos provocan.
A
diferencia de la inundación, la exposición en la terapia implosiva se realiza
principalmente de manera imaginativa.
(Ruiz, L. 2019)
La
terapia aversiva: Técnica de modificación de conducta que se
utiliza para reducir o eliminar comportamientos indeseables al asociarlos con
estímulos desagradables o aversivos. La idea central es que, al emparejar
repetidamente un comportamiento no deseado con una consecuencia negativa, el
paciente desarrollará una aversión hacia dicho comportamiento, lo que
disminuirá su frecuencia o lo eliminará por completo.
Se
basa en los principios del condicionamiento clásico, donde se crea una
asociación entre el estímulo condicionado (el comportamiento indeseado) y un
estímulo incondicionado aversivo (como un mal sabor, una sensación desagradable
o una respuesta de náusea), que produce una respuesta condicionada de aversión
o evitación.
(Kazdin, A. 1978, pp. 44)
Condicionamiento encubierto: Técnica de modificación de conducta basada en el uso de la imaginación para crear asociaciones entre comportamientos no deseados y consecuencias aversivas o entre conductas deseables y recompensas. A diferencia de las técnicas de condicionamiento tradicionales, que emplean estímulos y respuestas visibles, el condicionamiento encubierto se lleva a cabo internamente, dentro de la mente del paciente, sin necesidad de que se manifiesten conductas o estímulos físicos.
Este método es particularmente útil cuando no es práctico o seguro aplicar estímulos aversivos o recompensantes en la realidad. En el condicionamiento encubierto, el paciente visualiza o imagina vívidamente las consecuencias negativas de un comportamiento problemático o las recompensas asociadas con un comportamiento deseable, lo que contribuye a reforzar o extinguir ciertas conductas.
El
Condicionamiento Encubierto es una herramienta poderosa para ayudar a los
pacientes a cambiar su comportamiento a través de la imaginación, y su
efectividad depende en gran medida de la capacidad del paciente para visualizar
con claridad y mantener la disciplina en la práctica de la técnica.
(Kazdin, A. 1978, pp. 297 a 302, 304, 305).
Terapia de modelado (también conocido como aprendizaje observacional o imitación): Técnica de modificación de conducta basada en el principio de que los individuos pueden aprender nuevos comportamientos observando a otros realizar esas conductas. Este método es especialmente útil para enseñar habilidades nuevas, modificar comportamientos existentes, y promover o inhibir conductas a través de la observación de un modelo que exhibe la conducta deseada o indeseada.
Forma
de aprendizaje vicario, donde el observador internaliza las acciones del modelo
y las reproduce posteriormente. Es una técnica ampliamente utilizada en
diversas áreas como la terapia conductual, la educación, y el entrenamiento en
habilidades sociales.
(Kazdin, A. 1978, pp. 22, 23, 46. 254,267, 302 a 304, 368, 379).
El biofeedback: Técnica terapéutica que permite a los individuos aprender a controlar funciones corporales que normalmente son involuntarias, como la frecuencia cardíaca, la tensión muscular, la presión arterial o la actividad cerebral. Esto se logra utilizando dispositivos electrónicos que miden y proporcionan retroalimentación en tiempo real sobre estos procesos fisiológicos.
Es utilizada en una variedad de contextos clínicos para tratar condiciones como la hipertensión, el dolor crónico, la ansiedad, los trastornos del sueño, los dolores de cabeza por tensión y las migrañas, entre otros. El biofeedback se basa en la premisa de que, con la información adecuada, las personas pueden aprender a modificar sus respuestas fisiológicas para alcanzar un estado de mayor equilibrio y salud.
El
objetivo del biofeedback es ayudar a la persona a desarrollar habilidades de
autorregulación, promoviendo así la relajación, reduciendo el estrés, y
mejorando el bienestar general.
(Kazdin, A. 1978, 139,278 a 281)
1.6.- Uso
Está orientado principalmente a la aplicación de principios de aprendizaje para la modificación de conductas desadaptativas. Este enfoque se basa en la idea de que las conductas, sean normales o anormales, pueden modificarse a través de técnicas conductuales basadas en el condicionamiento. Las conductas desadaptativas se consideran aprendidas, y por lo tanto, se pueden desaprender o reemplazar mediante intervenciones específicas, como el refuerzo positivo, el refuerzo negativo, el modelado, la desensibilización sistemática, entre otras.
El modelo conductual tiene una clara orientación práctica, buscando aplicar datos experimentales obtenidos en laboratorios, como los estudios sobre el condicionamiento de Pavlov y Skinner, en contextos clínicos. El objetivo es desarrollar técnicas terapéuticas que permitan modificar conductas problemáticas de forma efectiva. (Citado en Kazdin, A. 1983)
1.7.- Limitaciones
Las
principales críticas hacia el modelo conductual giran en torno a su reduccionismo,
al ignorar procesos internos como pensamientos, emociones y motivaciones.
Aunque ha demostrado eficacia en la modificación de conductas, se considera
limitado al no tener en cuenta los factores cognitivos o emocionales que
también influyen en el comportamiento humano. Además, algunos críticos
argumentan que el modelo no aborda adecuadamente problemas más complejos o de
origen interno, como trastornos de ansiedad o depresión. (Citado en Buela, G y
Sierra, J 1997. pp.13-17)
2.- Modelo Cognitivo- Conductual
2.1.- Descripción.
La
Terapia Cognitivo Conductual (TCC) puede definirse como una forma de
psicoterapia cuyo propósito consiste en resolver problemas actuales, emociones
y conductas disfuncionales, tomando en cuenta el rol que juega el aprendizaje
humano, así como los efectos del ambiente, las cogniciones y el lenguaje en los
problemas psicológicos (Vernon y Doyle, 2018 como se citó en Mendoza, I. 2020).
Y que como su nombre lo indica, surgió por la unión de dos grandes teorías de
la psicología. Este modelo está conformado por un grupo de intervenciones que
se ponen en práctica luego de una exhaustiva evaluación de las características
biopsicosociales del paciente, y que tiene en cuenta el visto bueno, compromiso
y colaboración del mismo y sus allegados (Puerta, J. & Padilla, D., 2011).
La
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) se basa en cuatro pilares teóricos
fundamentales: el condicionamiento clásico, el condicionamiento operante, el
aprendizaje social y el aprendizaje cognitivo. Estos principios provienen de
investigaciones clave como las de Pavlov, Skinner, Bandura y representantes del
modelo cognitivo como Beck y Ellis. Cada uno de estos paradigmas ofrece una
comprensión del aprendizaje y el comportamiento humano, aportando una base
sólida para las técnicas terapéuticas de la TCC (Minici, A., Rivadeneira, C.
& Dahab, J., 2001).
El
condicionamiento clásico, descubierto por Pavlov, describe cómo los organismos
aprenden relaciones predictivas entre estímulos. Sobre esta base, Watson
desarrolló el conductismo, que enfatiza el estudio del comportamiento y el uso
del método científico. Skinner, a su vez, introdujo el condicionamiento
operante, donde los comportamientos se adquieren o extinguen según las
consecuencias que los siguen (Minici et al., 2001).
Durante
la década de 1960, Bandura postula la teoría del aprendizaje social, la cual
establece que los seres humanos no solo aprenden por experiencia directa, sino
también por observación e información simbólica. Finalmente, los modelos
cognitivos, desarrollados por Beck y Ellis, subrayan la influencia del
pensamiento sobre las emociones y cómo las creencias y suposiciones de un
individuo moldean su interpretación del mundo (Minici et al., 2001).
En la
práctica, la TCC se caracteriza por su estructura metodológica que incluye la
evaluación del caso, la intervención terapéutica basada en técnicas específicas
y el seguimiento del tratamiento. Aunque la TCC ha sido criticada por posibles
recaídas, la investigación muestra que es altamente efectiva, particularmente
en trastornos de ansiedad (Minici et al., 2001).
Este
modelo de psicoterapia es estructurado, activo y enfocado principalmente en los
problemas del paciente. Su duración oscila entre 10 y 20 sesiones, y se ha
observado que, en muchas ocasiones, los pacientes experimentan una notable
disminución de los síntomas en las primeras 4 a 6 semanas de
tratamiento(Puerta, J. & Padilla, D., 2011).
Inicialmente,
los pacientes son guiados a identificar y monitorear sus pensamientos
automáticos negativos. Esto incluye explorar cómo dichos pensamientos afectan
sus conductas y sensaciones físicas de forma negativa (Puerta, J. &
Padilla, D., 2011). Posteriormente, se les enseña a cuestionar la precisión y
utilidad de esos pensamientos, a ponerlos a prueba en su vida diaria y a crear
cogniciones más equilibradas y adaptativas (Puerta, J. & Padilla, D.,
2011).
Además
de modificar los pensamientos distorsionados, se insta a los pacientes a
revisar y cambiar creencias centrales e intermedias que sostienen esos
pensamientos automáticos (Puerta, J. & Padilla, D., 2011).
2.2.- Noción del sujeto
El
sujeto es un participante activo de su comportamiento, el cual se forma
mediante la interrelación de pensamientos, emociones y comportamientos. Además,
influyen factores externos como los ambientales y biológicos, a la vez que
factores internos como su interpretación de la realidad.
Debido
a esto se sostiene que al modificar los pensamientos se puede por tanto
modificar las conductas, cuando éstas provienen de pensamientos o emociones
problemáticas. Se busca que el sujeto tenga la disposición de trabajar junto
con su terapeuta en identificar y reestructurar los pensamientos negativos, con
el fin de que se establezcan metas que se logren alcanzar y se pueda modificar
la conducta mediante la adquisición de nuevas habilidades que al ser llevadas a
la práctica reflejarán una nueva interpretación interna reflejada de manera
externa (Guimón, 2003, p. 103).
2.3.- Estatus de lo social
Debido
a que se abordan las conductas y pensamientos de los individuos en contextos
sociales, se reconoce la importancia entre el comportamiento individual y el
contexto social que le rodea y se considera fundamental la intervención social
debido a su relación de esta con los patrones de pensamiento y comportamiento,
en colaboración con los conceptos de autocontrol, autodirección y autoeficacia,
ya que de estos deriva el cambio personal y social que pueda ser necesario
realizar, por lo que se propone que los individuos sean capaces de adaptarse y
readaptarse permanentemente a las condiciones de cambios constantes (Zabaleta,
2005).
Se
formula el principio de determinismo recíproco, que implica la
influencia recíproca entre el comportamiento y el medio, mediada por los
procesos cognitivos del individuo, esta influencia entre los elementos que
determinan el comportamiento se realiza de forma sincrónica, atendiendo a
características ambientales y personales (Ruíz, M, Díaz, M. Villalobos, A.,
2012. p. 62.).
Mera
(2015) como se citó en Mendoza, I. (2020), explica que la terapia cognitivo
conductual ha estado en constante evolución y ha pasado por tres generaciones
relevantes, las cuales destacan por ciertos sucesos y autores.
Primera
Ola (Terapia Conductual): su enfoque se centra en la conducta observable y su
modificación, además de superar las limitaciones del psicoanálisis.
- · J.B. Watson: padre del conductismo
- ·
Skinner: conductismo radical
- ·
Wolpe: desensibilización sistemática
- · Eysenk
- ·
Shapiro
Segunda
Ola (Aspecto Cognitivo): Incorpora el pensamiento como origen del
comportamiento. Demuestra cómo la cognición afecta el comportamiento y la
emoción, es decir que las creencias pueden cambiar.
- ·
Lazarus, Bandura: teoría del aprendizaje
social.
- ·
Beck: terapia cognitiva.
- ·
Albert Ellis: terapia racional emotiva
conductual.
- ·
Meichenbaum: terapia de autoinstrucciones.
Tercera
Ola (Terapias Contextuales): aceptación y tolerancia emocional a través de
procesos atencionales.
- ·
Marsha Linehan: terapia dialéctica conductual.
- ·
Hayes: terapia de aceptación y compromiso.
Por
otro lado, los pioneros más productivos y de gran influencia en la terapia
cognitivo conductual son Ellis y Beck (Obando y Parrado, 2015) como se citó en
Mendoza, I. (2020)
- ·
Beck: teoría de la vulnerabilidad
cognitiva, aplicada a trastornos como la depresión.
- ·
Ellis: las creencias determinan la emoción
y conducta.
2.5.- Técnicas
Particularmente en lo que se refiere a la práctica de la terapia cognitivo conductual, las técnicas utilizadas combinan en diversos grados principios provenientes de múltiples líneas de investigación (Minici, et al. 2011).
Técnicas
descritas por Mendoza, I. (2020).
Desarrollada
por Albert Ellis en 1955, este enfoque de la terapia cognitivo conductual
afirma que las emociones y conductas disfuncionales no son causadas
directamente por situaciones, sino por los pensamientos irracionales sobre
estas. Las creencias irracionales (exigencias, catastrofización, intolerancia a
la frustración, y evaluaciones globales) causan perturbaciones emocionales. El
modelo ABC de Ellis se enfoca en identificar el evento activador (A), las
creencias irracionales (B), y las emociones no saludables (C). Las técnicas
incluyen:
- Cognitivas:
modelaje, reframing, autoayuda.
- Emocionales:
imaginación racional emotiva, uso del humor.
- Conductuales:
exposición, afrontamiento de situaciones difíciles.
Fundada
por Aaron Beck, esta terapia es un pilar de la terapia cognitivo-conductual. Se
enfoca en cambiar pensamientos y comportamientos disfuncionales, basándose en
esquemas cognitivos obtenidos de experiencias pasadas. Se identifican
pensamientos automáticos y distorsiones cognitivas. Beck introduce la
reestructuración cognitiva para desafiar los pensamientos irracionales. Las
técnicas buscan modificar pensamientos erróneos, identificando evidencias para
y contra estos. Se aplican en trastornos depresivos, bipolares, psicóticos,
entre otros.
Creada
por Steven Hayes, esta terapia de tercera generación se centra en la aceptación
de vivencias internas y el compromiso con acciones orientadas a los valores.
Busca la flexibilidad cognitiva y emocional ante experiencias difíciles,
empleando el mindfulness y técnicas de aceptación. Estrategias clave incluyen
la desesperanza creativa (enfrentar la evitación), mindfulness (tomar distancia
de pensamientos), y el compromiso con los valores.
Desarrollada
por Marsha M. Linehan, esta terapia está diseñada para pacientes con conductas
suicidas y trastorno límite de la personalidad. Combina terapia cognitivo
conductual con principios Zen de aceptación. Incluye cuatro formas de
intervención: terapia individual, entrenamiento en habilidades, llamadas
telefónicas, y consulta de terapeutas. Las estrategias terapéuticas combinan la
validación y solución de problemas, promoviendo la regulación emocional y la
mejora en relaciones interpersonales.
La siguiente información fue tomada de Ruíz, M, Díaz, M. Villalobos, A. (2012)
5. Entrenamiento en habilidades sociales:
El
modelado de habilidades sociales es una técnica fundamental dentro del
Entrenamiento en Habilidades Sociales (EHS), que busca mostrar cómo llevar a
cabo una habilidad de manera efectiva y cómo no hacerlo. Es especialmente útil
para personas que necesitan ver ejemplos concretos de las conductas para poder
aprenderlas.
Los
aspectos clave del modelado incluyen:
- Repetición: Mostrar la conducta adecuada
varias veces o a través de diferentes personas para desmitificar la idea
de que solo una persona puede realizar la conducta.
- Similitud: Es importante que el modelo se
asemeje al observador en términos de características personales, lo cual
facilita la imitación.
- Competencia progresiva: Los modelos pueden
ser perfectos desde el inicio o ir mejorando gradualmente, siendo esta
última opción (modelo de afrontamiento) más efectiva.
- Refuerzo del modelo: Si el modelo es
reforzado positivamente al realizar la conducta, es más probable que sea
imitado.
- División de conductas complejas: Cuando las conductas son complejas, es recomendable dividirlas en componentes para facilitar el aprendizaje.
El
modelado puede realizarse de manera presencial (in vivo) o mediante medios
audiovisuales (simbólico), ambos con ventajas particulares. Esta técnica es
efectiva porque permite a los individuos observar cómo se realizan las
conductas en diferentes escenarios, lo que facilita la comprensión y la
imitación.
- Técnicas de Habilidades de Afrontamiento y Solución de Problemas:
Estas
técnicas se enfocan en enseñar a los individuos a manejar situaciones difíciles
o problemáticas de manera eficaz. Incluyen identificar problemas, generar
soluciones alternativas, evaluar esas soluciones y finalmente implementar la
más adecuada.
- Autoinstrucciones
Las
autoinstrucciones son guías verbales que una persona se da a sí misma para
controlar su comportamiento. Pueden formularse en diferentes formas: nominal
(nombrando a la persona), en primera persona, en segunda persona o en forma
imperativa. Las principales funciones que cumplen las autoinstrucciones son:
- Seleccionar estrategias apropiadas: Elegir
instrucciones adecuadas para diferentes momentos o situaciones.
- Focalizar la atención: Centrar la mente en
la tarea específica.
- Guiar la conducta: Proporcionar pasos
específicos para realizar una tarea.
- Proporcionar refuerzo y retroalimentación:
Mantener la motivación y revisar el desempeño.
- Evaluar los resultados: Reflexionar sobre
el progreso.
- Reducir la ansiedad: Ofrecer calma y
autocontrol ante situaciones difíciles.
- Inoculación del estrés
El
Entrenamiento en Inoculación de Estrés (EIE) es un conjunto de técnicas
cognitivo-conductuales inicialmente diseñadas para el tratamiento de problemas
de ansiedad, aunque en la actualidad se aplica a una amplia variedad de
trastornos. Su objetivo principal es ayudar a las personas a desarrollar
estrategias de afrontamiento que les permitan manejar situaciones estresantes.
Técnica
en solución de problemas
La tsp se basa en un proceso sistematizado que se adapta a las necesidades del paciente y consiste en entre cuatro y doce sesiones. La terapia incluye elementos como psicoeducación, ejercicios interactivos y tareas prácticas. Su enfoque estructurado permite al paciente desarrollar una forma de afrontamiento más realista y positiva, mejorando su bienestar psicológico.
7.-
Mindfulness:
Es un
enfoque centrado en la atención plena al momento presente, con conciencia
activa y reflexiva. Se enfoca en vivir en el "aquí y ahora" y evitar
pensamientos distractores o evasivos. Su objetivo es mejorar el bienestar al
conectar con el presente.
8.-
Entrenamiento en Reversión de Hábitos:
Esta
técnica busca que el paciente se dé cuenta de los inconvenientes de su hábito
(como vergüenza o dolor), aprenda a reconocer las señales que llevan a ese
comportamiento y reemplace el hábito con una conducta incompatible. El apoyo
social y la práctica son claves para su éxito.
9.-
Condicionamiento Encubierto:
Utiliza
la imaginación del paciente para visualizar estímulos, respuestas y
consecuencias. Mediante la alternancia de imágenes de conductas a cambiar y sus
consecuencias, se busca condicionar una conducta no deseada a estímulos
negativos imaginados.
10.- Condicionamiento por el Método de Alarma (Pipi Stop):
Emplea un dispositivo detector de humedad que activa una alarma cuando el niño moja la cama. Esto enseña al niño a reconocer la señal fisiológica de vejiga llena y a controlar el esfínter para evitar la micción.
11. Técnica de Detención del Pensamiento:
Se utiliza para detener pensamientos intrusivos o disfuncionales. Consiste en identificar los pensamientos no deseados, interrumpirlos con la palabra "STOP" y redirigir la atención a pensamientos agradables. Con la práctica, se logra detener los pensamientos negativos de manera automática.
12. Intención Paradójica:
Esta técnica provoca un cambio en la reacción de las personas frente a sus miedos o situaciones estresantes al pedirles que enfrenten de manera activa lo que más temen, rompiendo así el círculo vicioso que mantiene su malestar.
13. Técnica de Biofeedback:
Emplea dispositivos que monitorean funciones fisiológicas (como la respiración o frecuencia cardíaca) y proporcionan retroalimentación visual o auditiva para que el paciente aprenda a controlarlas. Es útil en trastornos como ansiedad, hipertensión y dolores de cabeza.
Imagen tomada de Matamala Huerta Psicólogos 01/10/2024
15. Intervenciones para la Regulación Emocional:
Se enfocan en mejorar la habilidad de las personas para gestionar sus emociones, las cuales juegan un papel crucial en la conducta adaptativa. Se usan en el tratamiento de trastornos de ansiedad, depresión y otros problemas emocionales.
Información
tomada de Ruíz, M, Díaz, M. Villalobos, A. (2012)
Información tomada de Ruíz, M, Díaz, M. Villalobos, A. (2012)
Técnica/ Terapia |
Usos |
Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) |
Ansiedad, depresión, fobias, tratamiento de adicciones. |
Terapia Cognitiva de Beck |
Trastornos depresivos, bipolares y
psicóticos. |
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): |
Estrés postraumático, trastornos alimenticios, dolor crónico |
Terapia Dialéctica Conductual (TDC) |
Utilizada especialmente en pacientes con
trastorno límite de la personalidad y conductas suicidas, y sus técnicas
incluyen la validación, la regulación emocional y la mejora de habilidades
interpersonales. |
Habilidades de afrontamiento y solución de
problemas |
Ansiedad, depresión, estrés. |
Mindfulness |
Estrés, ansiedad, regulación emocional,
mejora del bienestar. |
Entrenamiento en reversión de hábitos (ERH) |
Tics, tricotilomanía, tartamudeo, morderse
uñas, conductas repetitivas. |
Condicionamiento encubierto |
Control de impulsos, desórdenes sexuales,
dolor, fobias, entrenamiento en deportes. |
Condicionamiento por método de alarma |
Enuresis infantil (control de esfínteres). |
Detención del pensamiento (DP) |
Ansiedad, pensamientos obsesivos, fobias,
alucinaciones, ataques epilépticos. |
Intención paradójica |
Ansiedad, fobias, obsesiones, insomnio. |
Biofeedback |
Control del estrés, dolor crónico,
rehabilitación neuromuscular, trastornos cardiovasculares. |
Sugestión e hipnosis |
Dolor crónico, rehabilitación, ansiedad,
control de hábitos. |
Regulación emocional |
Ansiedad, depresión, regulación emocional en
patologías como el TLP (trastorno límite de personalidad). |
2.7.-
Limitaciones
Foco
excesivo en el individuo: la TCC se enfoca en los pensamientos, emociones y
conductas individuales, lo que puede desatender los factores sociales,
culturales y ambientales que influyen en el bienestar psicológico del paciente.
Limitaciones en casos de trastornos complejos: aunque la TCC es eficaz para una amplia gama de trastornos, puede tener limitaciones en el tratamiento de trastornos complejos como el trastorno límite de la personalidad o trastornos psicóticos graves, donde se requieren enfoques más integrativos.
Cambio superficial: la TCC a veces se centra en el cambio de pensamientos y comportamientos, pero puede no profundizar suficientemente en el origen emocional o relacional de los problemas del paciente.
Dificultad en el cambio de esquemas cognitivos profundos: los esquemas y creencias centrales que están profundamente arraigados en la personalidad del individuo pueden no ser fáciles de modificar dentro del enfoque cognitivo conductual, requiriendo a menudo intervenciones más prolongadas.
Falta de adaptación a diversas poblaciones: si bien la TCC ha demostrado eficacia en diversos contextos, puede no ser igualmente eficaz para todas las culturas o grupos sociales, ya que está enraizada en supuestos occidentales sobre la psicología humana.
Dificultad en la aplicación autónoma: la TCC requiere un alto grado de compromiso por parte del paciente, quien debe aplicar las técnicas fuera de las sesiones terapéuticas. Esto puede ser un obstáculo para pacientes que tienen dificultad para mantener la motivación o para los que viven en entornos que no apoyan el cambio.
Necesidad
de validación continua: el énfasis en la validación empírica puede llevar a que
se pase por alto la importancia de los aspectos subjetivos de la experiencia
humana, limitando la aplicación en situaciones donde la validación cuantitativa
no es fácilmente obtenible.
Información
analizada del resumen del capítulo Historia de la Terapia Cognitivo Conductual
Marta Isabel Díaz, Mª Ángeles Ruiz y Arabella Villalobos.
Conclusiones
analíticas
Los modelos conductual y cognitivo-conductual han aportado enfoques y herramientas distintas para comprender y modificar el comportamiento humano. El modelo conductual se caracteriza por su enfoque en la observación y modificación de la conducta a través del condicionamiento, enfatizando el papel del entorno en la formación de patrones conductuales. Se ha destacado en su aplicación para modificar comportamientos específicos, particularmente en contextos educativos y clínicos.
El modelo cognitivo-conductual incorpora procesos cognitivos, es decir, cómo los pensamientos, creencias y actitudes influyen en el comportamiento. Esta integración de lo cognitivo con lo conductual permitió una mayor comprensión de la conducta humana, abordando no sólo los patrones observables, sino también los esquemas mentales que los sustentan. El modelo cognitivo-conductual ha demostrado ser particularmente efectivo en el tratamiento de trastornos emocionales y psicológicos, como la depresión y la ansiedad, donde las creencias irracionales y los pensamientos automáticos están muy presentes.
La
comparación entre ambos modelos se distingue en que mientras que el modelo
conductual se centra en el condicionamiento y el control externo del
comportamiento, el cognitivo-conductual añade una dimensión interna,
reconociendo que los seres humanos no solo reaccionan ante estímulos, sino que
también interpretan y evalúan su entorno a través de procesos mentales. Esta
diferencia ha permitido que el Modelo cognitivo conductual se aplique en una
gama más amplia de contextos clínicos, ya que ofrece una mayor flexibilidad
para abordar problemas complejos donde las emociones y pensamientos
disfuncionales son parte de la clave. Además, ambos modelos tienen sus
limitaciones. El modelo conductual ha sido criticado por su reduccionismo al
centrarse exclusivamente en conductas observables, dejando de lado aspectos
internos como las emociones y cogniciones. Por otro lado, el Modelo cognitivo conductual,
aunque es más integrador, puede enfrentar desafíos en su aplicación en
poblaciones que tienen dificultades para participar activamente en la
modificación cognitiva, como en el caso de personas con discapacidades graves o
niños muy pequeños.
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